Este versículo es tomado por el clero católico en apoyo al poder sacerdotal para perdonar pecados.

Falsa es la posición teológica de quienes sostienen que esta sentencia de Jesús a sus discípulos, sea una patente dada a estos para perdonar pecados.

En la palabra, siempre el poder de perdonar pecados se menciona como prerrogativa de Dios y los mismos judíos estaban claros en esto y lo admitieron cuando Jesús viendo la fe del paralítico en Capernaúm, le dijo "Hijo tus pecados te son perdonados", "Estaban ahí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones" y en el verso 7 del capítulo 2 del Evangelio según San Marcos, ellos sentencian una realidad "¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo Dios?

Los judíos tenían razón, solo que ellos no reconocían a Jesucristo como Dios.

La expresión que se encuentra en Juan 20:23 es solo un acto declarativo que hacían los discípulos a partir de la confesión hecha por el pecador. Es lo mismo que hacemos los predicadores actuales cuando sentenciamos después de orar por un enfermo "Te declaro sano en el nombre de Jesús". Nosotros no sanamos, Cristo sana y salva, nosotros solo hacemos el acto de declaración posterior al acto.

En ninguna manera, Juan 20:23, significa que los discípulos tenían poder para perdonar pecados, es algo parecido a la capacidad que tenía el sumo sacerdote para declarar limpio o inmundo a un hombre según Levíticos 13:6-8. El sacerdote no hacía al individuo ni limpio ni leproso, solo declaraba o sentenciaba por la autoridad que le era conferida lo que Dios había realizado en la persona.

Cuando nosotros como ministros de Dios, participamos en el acto de casamiento de una pareja, realmente no los casamos, solamente hacemos un acto de ratificación de lo que Dios y las autoridades civiles han aprobado. En Hechos 8:22, el apóstol Pedro deja claro en quien reside el poder perdonador, cuando le dice a un hombre en Samaria "Arrepiéntete pues de esta tu maldad, Y RUEGA A DIOS, SI QUIZAS te será perdonado el pensamiento de tu corazón".

Jesús en su ministerio a la hora de absolver a alguien, su expresión favorita era "tus pecados te son perdonados". El tenía autoridad para hacer esto, pero ni aún así decía "Yo te perdono" daba toda la autoridad al Padre. Sólo en la oportunidad de su encuentro con los escribas que mencionamos anteriormente, siendo confrontado Jesús se ve obligado a responder con autoridad: "para que sepaís que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados: a ti te digo Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa."

En conclusión:

La expresión de Jesús a sus discípulos de la autoridad para remitir pecados debe ser tomada dentro de un contexto teológico donde quede establecido que ningún hombre pecador, ejemplo, un sacerdote, un pastor, que haya sido perdonado de sus pecados por parte de Dios, se le dará el poder para perdonar pecados, autoridad que solo reside en nuestro Señor Jesucristo.

Espero Eduar, que esta reflexión aclare tus dudas.

RV Sr.

Estimada Joyce:

Me gustaría saber para efectos de divulgación, de donde proviene semejante "disparate teológico", ya que es la segunda vez que escucho hablar de esto y espero en un nuevo contacto, que me envíes más información sobre este comentario. De todas maneras debes tener en cuenta que hay respuestas o planteamientos teológicos que cuando son expresados crean más conflictos que soluciones y el propósito de la teología es "Exponer como, donde y por qué suceden las cosas que son inherentes a la persona y naturaleza de Dios".

Decir que tenemos que descender a los infiernos a buscar áreas cautivas o "actas de decretos", no se que quieren decir con esto, es un disparate teológico. Esto no es más que el producto del sensacionalismo de una mente desviada a la que se le acabó la palabra (de Dios)y recurre a esta clase de planteamientos ilógicos, apócrifos y sin ningún basamento bíblico.

El único caso de alguien que bajó a los infiernos a rescatar a alguien, aparte de nuestro Señor Jesucristo, se relata en la novela "la divina comedia" del escritor Dante Alighiery cuando el protagonista (Dante) baja a los infiernos a rescatar a Beatriz su amada que ha sido arrastrada por el mal a los avernos pero esto es sólo eso, UNA NOVELA, ALGO FICTICIO.

No quiero ni pensar que tenemos que bajar a los infiernos a terminar una obra que Cristo haya dejado incompleta, lo cual NO ES CIERTO.

Cuidado querida Joyce, pues este es un planteamiento herético y apóstata que puede enfermar tu congregación, aléjate de tales personas porque esto es "pasto envenenado".

El Señor Jesucristo bajó por una sola vez a hacer el sacrificio y cumplido esto ascendió desde las profundidades infernales llevando "cautiva la cautividad" UN SOLO Y ÚNICO SACRIFICIO. NO MAS.

Aparte de esto recuerda muy bien la palabra "EL SEPULCRO NO DARÁ SUS MUERTOS" QUIERE DECIR QUE NI AÚN CRISTO PUDO SALIR POR SÍ MISMO LO HIZO SOLO CUANDO EL ESPÍRITU SANTO LO " VIVIFICÓ SUELTOS LOS RIGORES DE LA MUERTE".

¿ Te imagínas lo que sucedería si una persona o cristiano común tuviera que hacer lo que hizo Cristo cuando dice la Escritura que "el Sepulcro no dará sus muertos?" correría el riesgo de quedarse atrapado en las tinieblas del infierno.

UN SOLO Y ÚNICO SACRIFICIO SE DIÓ Y FUE PERFECTO Y COMPLETO. NO TENEMOS QUE IR A HACER NADA AL INFIERNO, EL INFIERNO ESTÁ PREPARADO AHORA Y ES PARA EL DIABLO Y SUS DEMONIOS, como cuando lo establece Apocalipsis, sean lanzados al lago de fuego.

RV Sr.

El dogma de la Inmaculada Concepción de María es uno de los desfaces teológicos que a través de la historia ha trastocado y cuestionado la seriedad de la teología de la iglesia católica en esta materia.

Toda esta trama teológica fue urdida y orquestada por el papa Pio IX hace 150 años, específicamente el 8 de Diciembre de 1854 casi 18 siglos después de la muerte de María en Efeso y promulgada en una encíclica que llevaba el sello pontificio del vaticano conocida como INEFFABILIS DEUS. Esta bula dogmática declaraba que “por una gracia especial de DIOS fue preservada de todo pecado desde su concepción. Esta decisión fue tomada por Pio IX no de forma colegiada sino decretada de manera soberana y dictatorial.

Oscar Cullman (teólogo) sostiene que esto no fue más que una estrategia de avanzada para lograr el verdadero objetivo logrado 16 años mas tarde en 1870 que fue la aprobación del “Sillabius” que le daba al papa la condición de infalibilidad en cuestiones de fe y moral.

Para este tiempo los Jesuitas se sumaron a este planteamiento, forjando testimonios, sacando a relucir una serie de documentos remotos como las célebres “tablillas y pergaminos de Granada” que presuntamente avalaban el dogma de la inmaculada concepción, fraude que fue descubierto y denunciado por Urbano VIII e Inocencio XI (papas) pero no sin que antes hubiese creado una matriz de opinión favorable al dogma.

La Encíclica decía: “Bien sabéis vosotros venerables hermanos que toda nuestra fe está en la santísima virgen, puesto que DIOS la ha dotado con la plenitud de todo el bien, para que de ahora en adelante, si hay en nosotros alguna esperanza, si hay en nosotros alguna gracia, si hay en nosotros alguna salvación, debemos agradecerlo exclusivamente a ella, conforme a la voluntad de aquel que desea poseer todo por medio de María”. Gaeta 2 de febrero de 1848.

Luego el 8 de Diciembre de 1854 vendría la proclamación de la bula papal ratificando el acto con la definición de la nueva doctrina.

Resulta sospechoso que sólo cuatro años después en 1858 se produjera la primera aparición de la virgen de Lourdes.

Sin embargo la historia recoge palabras y testimonios que deben ser considerados de manera descarnada e imparcial:

San Agustín de Hipona (354-430 d.C) decía “María murió por causa del pecado original transmitido de Adán a todos sus descendientes y la carne que nuestro Señor JESUCRISTO tomó de María sufrió la muerte para quitar el pecado”.

San Anselmo (1033-1109 d.C) fraile Benedictino, obispo de Canterbury decía: “Si bien la concepción de CRISTO es inmaculada, no obstante la misma virgen de la cual Él nació ha sido concebida en la iniquidad y nació con el pecado original”.

El papa Inocencio III (1198-1216 d.C) declaró: “Eva fue engendrada sin pecado y dio a luz en pecado, María fue engendrada en pecado y dio a luz sin pecado”

Santo Tomas de Aquino, (1225-1274 d.C) escribió en su “SUMMA” “La bienaventurada Virgen María habiendo sido concebida por la unión de sus padres ha contraído el pecado original”.

La BIBLIA dice “Por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de DIOS”. Hermana saque usted sus propias conclusiones.

RV Sr.

Juan José:

DIOS te guarde y te bendiga. No existe discrepancia en el texto bíblico.

Si hacemos una comparación del texto de los cuatro evangelios veremos que la tumba del maestro fue muy concurrida desde la madrugada del día domingo. En esta comparación veremos que por ejemplo, María Magdalena fue por lo menos en dos oportunidades, lo que sucede es que cada evangelista relata solamente parte de los sucesos acontecidos desde su propia óptica “Lo que hemos visto y oído eso os anunciamos”.

Hagamos una sola historia con los acontecimientos que nos relatan los cuatro evangelios:

Muy de mañana María Magdalena llega al sepulcro con otras mujeres. Parece ser que Magdalena iba más de prisa que las otras y se cercioró que la piedra había sido removida, ver Juan 20:1. Al percatarse del hecho sale de a dar la nueva a Pedro y a Juan, verso 22. Entre tanto las mujeres siguen avanzando hacia el sepulcro, ven a un ángel sentado sobre la piedra y este les anuncia que el SEÑOR “ha resucitado”, ver Mateo 28:2,3,5,6.

Marcos nos relata que las mujeres vieron solo un ángel dentro del sepulcro sentado a la “parte derecha vestido con una túnica blanca”, ver Marcos 16:5. Es evidente que el ángel visto sobre la piedra sentado se movía caminando dentro del Jardín y en alguna oportunidad no estuvo a la vista de los visitantes.

Lucas menciona dos ángeles. Sin duda el que estaba sentado en la piedra, ver Mateo 28:2, se levantó y entró al sepulcro y el que se encontraba dentro del sepulcro según Marcos 16:5, se levantó, ambos se pararon y allí se encuentran con las mujeres dentro del sepulcro (con excepción de Magdalena) como lo relata Lucas 24:4.

Pasado este acontecimiento, llega María Magdalena con Pedro y Juan, este llega primero y ambos entran al sepulcro y constatan que está vacío y enseguida salen a dar las buenas nuevas a los demás discípulos, ver Juan 20:6,8,10. Ellos no entran en contacto con los ángeles estos eran seres dinámicos que se desplazaban de un lugar a otro discrecionalmente. Debo insistir en que el sepulcro está enclavado en un amplio jardín donde cualquiera puede momentáneamente perderse de vista de otros sin embargo María Magdalena que ha vuelto con Juan y Pedro quizá agotada por el esfuerzo de la carrera no se va con ellos, se queda llorando desconsolada pues piensa que quizá el cuerpo de JESUS había sido puesto en otra parte por el hortelano o cuidador del jardín del sepulcro. Recordemos que ella no se había encontrado con las otras mujeres y desconocía los acontecimientos. Es entonces cuando en la segunda visita ella decide “bajar al sepulcro y vio a dos ángeles en ropas blancas que estaban sentados”, ver Juan 20:12. Luego tendría el encuentro personal con JESUS resucitado.

Ahora si podemos ver y comprender con claridad el por qué Magdalena estaba sola cuando vio a los dos ángeles, ver Juan 20:12. De esta manera se puede ver hermano Juan José como todos los datos coinciden y que no existen discrepancias en la visión de los autores evangelistas.

RV Sr.

No podemos ver el cielo como el lugar físico al que nos tienen acostumbrados, como una casa a la que se va eternamente. No es el cielo un lugar tangible y fácilmente explicable, pues entonces no sería eterno y el mundo de DIOS no es físico sino espiritual, eterno y por lo tanto, no mensurable, fuera de espacio y tiempo. El cielo sólo representa la habitación de DIOS. No puede considerarse una abstracción. Más que un lugar puede considerarse un estado, una relación viva y personal entre DIOS y el hombre que ha sido salvo, donde nada se corrompe y el mal no tiene cabida.

Se debe tener claro que la Biblia como documento histórico, filosófico, poético, teológico, no escapa a las figuras literarias, comunes en todas las épocas de la escritura, desde la cuneiforme y jeroglífica hasta la alfabética de nuestros días. Figuras literarias como: la hipérbole, son muy comunes en la Biblia. “Sus ciudades son amuralladas hasta el cielo” y “Eramos delante de ellos como langostas”. Esto revela una situación crítica pero ni remotamente, refleja una verdad literal.

Hay muchas metáforas, símiles, imágenes, etc., en las Sagradas Escrituras pero de ningún modo debemos dejarnos arrastrar por lo que la Biblia dice simplemente sino por el significado de lo que dice. La Biblia no solo significa lo que dice; a veces significa lo que significa.” Y en estos momentos necesario es recurrir a la revelación y a la interpretación sana, ecuánime, sensata y razonable que no sea contraria al contexto Bíblico teológico.

Por analogía, las llamas del infierno son solo metáforas para denotar lo trágico y doloroso de encontrarse en ese horrible lugar.

Para empezar diremos que el fuego es un elemento físico, tangible, visible, material. Uno de los cuatro elementos de la naturaleza junto al agua, aire, y tierra. El infierno es de carácter espiritual, de hecho el cuerpo humano no padece en el infierno es el alma por su condición metafísica la que sufre.

Pudiera ser que aunada a ciertas expresiones Bíblicas, como por ejemplo: “El pan sale de la tierra y el centro de la tierra es como fuego” en el libro de Job, halla influenciado a los escritores Bíblicos a expresiones semejantes. La comparación que hace el evangelio entre el infierno y un cremadero de basura “Gehenna”, infieren que aquel sea llamas de fuego pero no lo especifica. No es herético reconocer que hay algo de helenístico en la escritura Bíblica y por tanto rayano en lo mítico, solo que no es trascendente como comentario y eso orilla a algunos escritores Bíblicos a cierta simbología para poder explicar algunas cosas con carácter de gran trascendencia, como lo es el tema del infierno.

Por un lado se dice que son llamas de Fuego y por otro se dice que son “lugares húmedos, cárceles constreñidas de espíritus cautivos”. Decidamos: o es fuego o es húmedo.

De esto se nutrieron escritores como Dante en la Divina Comedia y John Milton en su obra El paraíso perdido.

El infierno no es más que un estado angustiante de privación de DIOS. No es propiamente un lugar sino un estado donde el hombre no tiene acceso a DIOS, ni al bien y donde el alma abandonada convive eternamente con el caos y la anarquía.

Si este mundo se debate entre el bien y el mal aún con la presencia de la iglesia de DIOS intercediendo constantemente ante DIOS, a través del ESPIRITU SANTO que neutraliza las potestades infernales y diabólicas, ¿cómo será el infierno, dimensión o estado donde estas gobiernan?

Allí radicaba parte de ese temor de JESUS al ir a ese lugar. El infierno solo es la consecuencia dolorosa de una muerte sin CRISTO.

Por lo mismo decía el Doctor Alejandro Anderson “En cuanto al Hades o infierno, la Biblia parece indicar que se encuentra en el corazón de la tierra. (Efesios 4:9 y 10) pero solo DIOS sabe donde está el verdadero infierno”. Solo podemos afirmar con una máxima anónima que:

“El infierno está al final de una vida sin CRISTO”.

Fragmento extraído de la obra Él Calvario responde al Sinái.

RV Sr.